Escuchar para creer, así de contundente me expreso ante este pequeño objeto de deseo.

¿Que le podemos exigir a un altavoz para que nos haga sentirnos satisfechos con su adquisición? Fácil. Olvidar la cantidad invertida. Cuando un nuevo componente principal llega a nuestra casa y nos hace olvidar al anterior residente de nuestro equipo ….vamos por el buen camino.

En un sector tan maduro como el High End, es de extrema dificultad tener la agradable sensación de encontrar algo diferente y realmente acertado en cuanto a diseño, ejecución y maestría sonora. Admiro a estos lutieres de la electroacústica, (personas intransigentes que luchan por evolucionar este sector con sus aportaciones), por su preparación técnica, constancia e intuición.

Le Son es eso y más….nunca había escuchado un altavoz de este tamaño con tanta solvencia en ataques, dominio de dinámica, riqueza armónica, variedad de timbres, correcta tonalidad y facilidad para presentar sensualmente el mensaje musical. Obviando cualquier información técnica de la criatura de manera consciente, he intentado transmitir lo que me hace sentir esta joya de la electroacústica en nuestra sala.

Saludos cordiales.

Blas Oliva